Disfruta de unos días en una vivienda con más de 150 años de historia, totalmente renovada y con todas las comodidades. Ubicada en el barrio árabe de Benacacira en Chelva, Valencia, esta casa te transportará al pasado con su riqueza histórica. En el marco de la Ruta del Agua, podrás escuchar el murmullo de las fuentes y el fluir del agua bajo las calles.\n\nEn Chelva, puedes sumergirte en un fascinante crisol de culturas a través de sus cuatro barrios históricos: el árabe Benacacira, donde se encuentra La Casa Azul, el mudéjar Arrabal, el judío Azoque y el cristiano Ollerías, todos alrededor de la espléndida Plaza Mayor, que en el pasado fue el centro defensivo de la localidad.\n\nLa casa ofrece dos zonas de descanso. Una en la planta baja, con la cocina y el comedor, y otra en la planta alta, en un antiguo almacén, muy luminosa y acogedora. Ambos espacios cuentan con televisión y estufas de pellets de alto rendimiento y combustible ecológico, ideales para mantener el calor en los días fríos. Asimismo, toda la casa dispone de conexión a Internet Wi-Fi.\n\nEn cuanto a la distribución, la casa tiene dos dormitorios y dos baños. Uno de los dormitorios es amplio, con cama matrimonial y vestidor, mientras que el otro cuenta con dos camas individuales. Además, hay dos sofás cama matrimoniales, lo que permite alojar hasta seis personas con comodidad.
Cerca de La Casa Azul podrás encontrar lugares como:\r\n\r\n• Chelva conserva hoy día en su casco urbano la impronta dejada por los pueblos que la habitaron a lo largo de la historia. De esta manera podemos deleitarnos recorriendo el Barrio Árabe de Benacacira, que mantiene el aire oculto, misterioso y recoleto que esta cultura confiere a sus espacios, el reservado barrio judío del Azoque, con sus calles sin salida, la zona morisca del Arrabal y el barrio cristiano de Ollerías. \r\n\r\nSus calles estrechas, el murmullo del agua de sus innumerables fuentes y lavaderos tradicionales, sus casas encaladas, nos evocan la ciudad medieval que un día fue construida sobre una peña y rodeada de murallas para asegurar su defensa.\r\n\r\nEs obligado pasear por sus callejuelas, admirar los azulejos de los siglos XVIII y XIX y visitar la plaza que ocupó el zoco y la mezquita musulmana, sobre la cual a partir del s.XIV se erigió la ermita de San Jorge y, ya a principios del s. XVIII, la actual ermita
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